viernes, 17 de abril de 2020

La piel del venado


Adaptación de una antigua leyenda maya

En México muchos niños conocen una antigua y curiosa leyenda de sus antepasados mayas que ahora vas a conocer tú también.
Cuenta la historia que hace cientos de años los venados corrían libres por la península del Yucatán. Aunque el lugar era ideal porque tenía un clima fantástico y alimentos en abundancia, había algo que les hacía sentirse infelices y les obligaba a vivir en un continuo estado de alerta: su propia piel, de un color tan claro y brillante que se veía a gran distancia, y por tanto, les convertía en presas fáciles de capturar.
Un día, un joven venado estaba bebiendo agua fresca en un riachuelo. De repente, un grupo de cazadores empezó a dispararle flechas desde una colina cercana. Ninguno dio en el blanco pero él, aterrorizado, comenzó una huida desesperada. Corrió y corrió sin rumbo fijo, y cuando pensaba que los tenía demasiado cerca y le iban a atrapar, el suelo se hundió bajo sus pies y cayó al vacío.
Una vez tocó fondo miró aturdido hacia arriba y se dio cuenta de que había ido a parar a una cueva oculta entre la maleza. Desde ese lugar oscuro y húmedo podía escuchar las voces de sus atacantes merodeando por la zona, así que intentó no mover ni un músculo y mucho menos hacer ruido. Al cabo de un rato los murmullos se fueron haciendo más débiles y respiró aliviado. ¡No había duda de que los hombres pensaban que su pieza de caza se había esfumado y se daban por vencidos!
Estaba a salvo, sí, pero una de las patitas le dolía muchísimo.
– ‘¡Ay!… ¡Ay!… ¡Qué torcedura tan inoportuna! … ¿Qué voy a hacer ahora si no me puedo levantar para salir de este agujero?’
No sabía nuestro amigo ciervo que se encontraba en la morada de tres genios buenos y compasivos que, nada más escuchar los quejidos, acudieron veloces en su ayuda.
El más anciano le saludó con amabilidad en nombre de todos.
– ¡Buenos días! Veo que por pura casualidad has encontrado nuestro humilde hogar ¡Sé bienvenido!
El pobre se sintió un poco apurado.
– Os pido disculpas por la intromisión, pero iba escapando de unos cazadores y al pasar junto a unos matorrales noté el suelo blando y… ¡zas!… ¡Aparecí aquí! Me he librado de ellos pero ¡estoy herido!
– Veamos, ¿dónde te duele?
– ¡Ay, aquí, en la pata izquierda, junto a la pezuña!
– ¡Tranquilo! Tú quédate quieto que nosotros nos ocuparemos de todo.
Con mucho cariño y máximo cuidado los tres genios embadurnaron la pata dañada con un ungüento a base de frutos silvestres, perfecto para bajar la inflamación y calmar el dolor. Después lo ayudaron a tumbarse sobre un cómodo colchón y le prepararon algo de comida para reponer fuerzas. Tan a gusto se encontró que le entró sueño y se quedó dormidito como un bebé.
El venado recibió todo tipo de atenciones y mimos durante una semana hasta que se recuperó. Una vez se encontró en plena forma y sin molestias para caminar, decidió que había llegado el momento de regresar junto a la manada.
– Amigos, es hora de que me vaya. ¡Jamás olvidaré estos días en vuestra compañía! ¡Gracias, gracias, gracias!
De nuevo, el mayor fue quien puso voz al sentimiento del pequeño clan.
– ¡Ha sido un placer! Nosotros también te llevaremos siempre en nuestro corazón y esperamos que nos visites de vez en cuando. Por cierto, antes de que te vayas queremos hacerte un regalo, concederte un don, ¡que para eso somos genios! Dinos… ¿cuál es tu mayor deseo, lo que más te gustaría tener?
El ciervo se quedó unos segundos calladito, a ver si se le ocurría algo realmente útil.
– Bueno, la verdad es que no necesito nada material, pero confieso que me angustia el color de mi piel. Sé que es hermosa, pero tan clara que los cazadores me detectan desde muy lejos, como vosotros mismos habéis podido comprobar. Me encantaría pasear seguro por el bosque y llevar una vida relajada de una vez por todas.
El viejo genio estuvo de acuerdo y aplaudió.
– ¡Buena elección! Eres un cervatillo muy sensato, ¿lo sabías? ¡Ven, anda, síguenos!
Salieron los cuatro fuera de la cueva y la luz del sol los deslumbró ¡Qué maravilla poder sentir después de tantos días el calorcito y la brisa suave de la primavera! El venado respiró profundamente para llenarse del aroma de las flores y en pleno disfrute escuchó la voz de otro de los genios.
– ¡Túmbate que vamos a solucionar tu problema en un periquete!
El animal se dejó caer sobre la fresca hierba verde y los genios se pusieron manos a la obra: cogieron tierra oscura y la frotaron con gran habilidad sobre su pelaje. Cuando acabaron la tarea de untar, se agarraron de las manos, formaron un círculo y rogaron al sol que calentara un poquito más fuerte. La enorme estrella amarilla accedió a la petición y sus rayos chamuscaron lenta y suavemente la delicada piel del animal.
El tercer genio fue quien indicó que habían terminado.
– ¡Ya está, ya puedes levantarte!
El venado comprobó, completamente fascinado, que el color perla de su pelo se había transformado en un elegante tono marrón tostado. El genio más viejecito, que era el que más hablaba, le informó sobre su nueva situación.
– A partir de ahora tú y tus compañeros luciréis un color de piel mucho más parecido al de la tierra que pisáis, lo cual os permitirá camuflaros fácilmente y evitará que los enemigos os vean. Dinos, ¿te gusta el resultado?
– ¡Oh, sí, me encanta! Esto será un seguro de vida para todos los miembros de mi especie… ¡Es un detalle maravilloso! ¡Os quiero muchísimo!
Para demostrar su infinito agradecimiento, el venado lamió la carita de los genios y les dio un fortísimo abrazo. Después, sin mirar atrás para que no vieran sus lágrimas de emoción, tomó el camino a casa bordeando la extensa llanura.
Dice esta leyenda que desde ese día, gracias al regalo de los genios buenos, los venados viven mucho más tranquilos en las increíbles tierras del Yucatán.

Leyendas cortas

La leyenda del sapo Kuartam


Adaptación de la antigua leyenda de Ecuador

Dice una vieja historia que hace muchísimos años, en lo más profundo de la selva del Ecuador, vivía un sapo diferente a los demás sapos del mundo porque tenía una peculiaridad: si alguien le molestaba o se burlaba de él, se convertía en tigre y atacaba sin piedad.
Tan solo algunos ancianos afirmaban haberlo visto cuando eran niños, así que para la mayoría de los indígenas de los poblados cercanos al Amazonas el extraño animal era como un ser de leyenda que se ocultaba en la jungla. Eso sí, sabían que existía porque a veces, amparado por la noche, cantaba a grito pelado desde su escondite:
– ¡Kuartam – tan! ¡Kuartam – tan! ¡Kuartam – tan!
Como ‘Kuartam – tan’ era lo que repetía sin cesar, con el nombre de sapo Kuartam se quedó.
Según cuentan, un joven de la tribu shuar llamado Nantu quiso salir una noche a cazar. Antes de abandonar el hogar, su esposa le advirtió:
– Ten mucho cuidado ahí fuera, y por favor, si ves al sapo Kuartam ni se te ocurra burlarte de él. ¡Ya sabes la mala fama que tiene por estos lugares!
– ¡Bah, tonterías! Estoy seguro de que eso de que se convierte en tigre es pura invención, pero ¡quédate tranquila! Te prometo que si me lo encuentro no le diré nada y pasaré de largo.
Nantu dijo esto al tiempo que mostraba una sonrisa pícara que no gustó demasiado a su mujer.
– Nantu, insisto en decirte que no seas irresponsable.
El chico guiñó un ojo y le propinó un sonoro beso en la mejilla.
– ¡Confía en mí! Y ahora me voy que se hace tarde… ¡Estaré de vuelta antes de medianoche!
Bajo la luz de la Luna el joven deambuló por la selva tropical apartando la frondosa vegetación con un afilado machete y fijándose bien por si aparecía alguna posible presa. Desgraciadamente no vio más que una serpiente y dos o tres ratones diminutos correteando de un lado para otro.
– Aquí no hay bicho que me pueda servir de comida… ¡Vaya manera de perder el tiempo!
Pasado un rato llegó a un claro y se tumbó en el suelo a descansar. Le dolían los músculos, pero sobre todo estaba aburrido de dar vueltas y vueltas sin obtener resultados.
– Como llegue a casa con las manos vacías el menú de mañana será fruta para desayunar, fruta para comer y fruta para cenar. ¡Voy a acabar odiando los cocos y las bananas!
De repente, dejó de lamentarse porque una idea de lo más divertida pasó por su cabeza.
– ‘¿Y si me burlo un poquito del famoso sapo?… ¡Voy a probar a ver qué pasa!’
Sin ningún tipo de pudor comenzó a llamar a Kuartam. Estaba convencido de que, aunque el sapo cantaba raro, no tenía poderes de ningún tipo y por tanto no había nada que temer.
– ¡Kuartam!… ¡Kuartam!
Solo escuchó el aleteo de una familia de pajaritos, así que siguió erre que erre.
– ¡Kuartam!… ¡Kuartam!…
Como allí no había ni sapo ni similar, Nantu se fue envalentonando y su voz se tornó más guasona:
– ¡Yujuuuuu!… Sapo Kuartam, ¿estas por aquí ?… ¿Es cierto que eres un sapo mágico?… ¡Si no lo veo, no lo creo!… ¡No seas cobarde y da la cara!
No obtuvo respuesta, pero Kuartam sí estaba allí, agazapado en la copa de un árbol. Por supuesto lo había escuchado todo, y llegó un momento en que se sintió tan molesto, tan enfadado, que su paciencia se agotó y sucedió lo que tenía que suceder: su cuerpo, pequeño como una naranja, empezó a crecer descomunalmente y se transformó en el de un tigre.
Nantu, ajeno a todo, siguió llamando al batracio sin dejar de mofarse de él.
– Kuartam, sapo tonto… ¡Eres un gallina! ¡Clo, clo, clo! ¡Gallinita, ven aquí! ¡Clo, clo, clo!
Kuartam, antes simple sapito y ahora enorme félido, no pudo más y emitió un rugido que hizo que temblaran las nubes. Acto seguido saltó desde lo alto, abrió las fauces lo más que pudo, y se tragó de un bocado al insensato cazador.

Mientras todo esto sucedía, la esposa de Nantu aguardaba en el hogar sintiendo que la noche transcurría muy lenta. Durante horas esperó junto a la puerta el regreso de su esposo, pero al ver que no volvía se puso muy nerviosa.
– ‘¡Es rarísimo que Nantu no haya vuelto todavía!… ¿Qué le habrá pasado?… Conoce la selva como la palma de su mano y es el más ágil de la tribu… La única explicación posible es que… que… ¡se haya encontrado con el sapo Kuartam!’.

Sin pararse a pensar salió corriendo de la cabaña. Por suerte no había llovido y pudo seguir el rastro de las huellas de los pies que Nantu había dejado tras de sí.
Todo fue bien hasta que llegó a un claro en la jungla; en ese lugar, por alguna razón que no alcanzaba a comprender, las pisadas se esfumaban por completo, como si a Nantu se lo hubiera tragado la tierra.
La muchacha se sintió muy triste y empezó a decir en alto:
– ¿Dónde estás, amado mío, dónde estás?… ¿Debo ir hacia el norte?… ¿O mejor rumbo al sur?… ¡No sé por dónde buscarte!
En ese momento, escuchó una especie de resoplido que venía de las alturas. Miró hacia arriba y, en una gruesa rama, vio un sapo gigantesco, dormido panza arriba y tan hinchado que parecía a punto de estallar.
– ‘Ese fenómeno de la naturaleza debe ser Kuartam. ¡Apuesto a que se ha zampado a mi esposo y por eso está tan gordo!’
Efectivamente era Kuartam, que después de devorar a Nantu había vuelto a transformarse en sapo pero manteniendo unas dimensiones colosales.
La chica, en un acto de auténtica valentía, cogió el hacha que llevaba colgado de la cintura y comenzó a talar el tronco. El sapo, que debía estar medio sordo, ni se enteró de su presencia y continuó roncando como si con él no fuera la cosa.
– ¡No tienes escapatoria!… ¡Acabaré contigo!
Tras mucho esfuerzo, el árbol se vino abajo y Kuartam cayó de espaldas contra el suelo. El tortazo fue tan impresionante que abrió instintivamente la boca y Nantu el cazador salió disparado como la bala de un cañón.
¡Pero eso no fue todo! Al quedarse vacío el imponente sapo empezó a desinflarse, y en un abrir y cerrar de ojos, recuperó su pequeño cuerpo de siempre. Tras la conversión se sintió muy dolorido, pero temiendo que tomaran represalias contra él, sacó fuerzas de flaqueza y dando unos brincos desapareció entre el verde follaje.

Nantu, afortunadamente, seguía vivito y coleando. Su esposa le había salvado por los pelos y no podía dejar de abrazarla.
– Si sigo aquí es gracias a ti, a tu valor. Estoy avergonzado por mi comportamiento y por no haber cumplido la promesa que te hice cuando salí de casa. ¡Te ruego que me perdones!
La muchacha se dio cuenta de que Nantu estaba siendo sincero y se arrepentía de verdad, pero aun así levantó el dedo índice y le dijo muy seriamente:
– El respeto a los demás, sean personas o animales, está por encima de todas las cosas. ¡Espero que hayas aprendido la lección y jamás vuelvas a burlarte de nadie!
– Te lo prometo, mi amor, te lo prometo.
Es justo decir que Nantu cumplió su palabra y fue amable con todo el mundo el resto de su vida, pero tuvo que cargar con la pena de no poder pedir disculpas al sapo Kuartam porque sus caminos jamás volvieron a cruzarse.

El perro aterrado


Adaptación del cuento popular de la India

Érase una vez un perro llamado Kutta que vivía en una gran ciudad de la India. No tenía dueño y se dedicaba a vagar por las callejuelas olfateando todas las esquinas,  casi siempre buscando algo para comer.
Su vida era tan solitaria que solía recurrir a la imaginación para hacerse una idea de cómo eran las cosas, de cómo funcionaba el mundo. Se puede decir que Kutta se pasaba el día haciendo conjeturas de esto, lo otro y lo de más allá.
Por ejemplo, si una señora lanzaba a la vía pública las sobras del caldo, él pensaba:
– ‘¡Oh, qué generosa es esa mujer! Seguro que me ha visto, se ha dado cuenta de que tengo hambre, y muy amablemente ha tirado los huesos para que yo me los zampe.’
O si un chaval arrojaba un palo al aire, sonreía y se decía a sí mismo:
– ‘¡Qué chico tan simpático! Lo lanza lejos porque sabe que a los perros nos encanta ir a buscar palitos y pelotas. Estoy convencido de que lo que quiere es jugar conmigo y que si pudiera me adoptaría.’
Kutta veía la vida a su manera, desde su punto de vista particular, y era feliz.
——–
Sucedió que un día pasó por delante de una verja que servía para delimitar un espléndido jardín. Casualmente, el portón de entrada estaba abierto de par en par.
– ¡Oh, qué sitio tan bonito! … ¡Y no parece peligroso! Daré una vueltecita a ver qué encuentro.
Kutta entró y se paseó tan campante, como si fuera el señor de la propiedad, entre árboles altísimos y flores exóticas. Por fin, después de un largo recorrido, llegó a un estanque lleno de pececitos azules.  Ante una visión tan encantadora comenzó, como siempre, a fantasear.
– ¡Oh, qué preciosidad! Esto debe ser el paraíso en la tierra porque todo en este lugar es maravilloso. Me  apuesto la cena de esta noche a que aquí vive un príncipe.
Rodeó el estanque, cruzó una arboleda, y ante sus ojos apareció un increíble palacio de mármol, coronado por una cúpula dorada que relucía bajo el sol.
– Ma… ma… ¡madre mía, qué pasada de casoplón!
Tras el impacto inicial, a Kutta le faltó tiempo para retomar su manía de sacar conclusiones de todo.
– ¡¿Pero dónde estoy?!… ¡Este lugar es alucinante! A la vista está que el dueño es  alguien muy inteligente porque para conseguir esta mansión hay que ser espabilado y saber cómo ganar mucho dinero.
Jamás había visto nada tan hermoso. Fascinado, siguió haciendo cábalas.
– Lo que está clarísimo es que se trata de una persona elegante, apuesta, de exquisito gusto. ¡Seguro que viste las mejores sedas del país y adora las joyas!
Kutta se moría de ganas de entrar, por lo que dejándose llevar por sus cuatro patas flacuchas se plantó en la impresionante escalinata de la entrada.  No vio a nadie y siguió barruntando quién sería el afortunado poseedor de esa casa tan fabulosa.
– No hay duda de que quien vive aquí es una persona muy feliz. ¡Imposible ser desdichado cuando se tiene tanto!… Sí, es innegable que su vida es maravillosa.
Kutta estiró el cuello y subió de puntillas los escalones, actuando como si fuera  un tipo distinguido acudiendo a un baile de gala. Al llegar arriba, se sorprendió.
– ¡Anda, pero si esta puerta también está abierta!
Levantó las orejas y solo escuchó el canto de los pajarillos.
– ¡Voy a investigar, pero lo haré muy rápido no vaya a ser que aparezca alguien por sorpresa y me meta en un buen lío!
Kutta pasó a toda velocidad y apareció en un inmenso salón cuyas paredes estaban cubiertas de arriba abajo por muchos espejos diferentes. El pobre nunca había visto ninguno y no sabía lo que eran, por lo que al entrar se encontró un montón de perros corriendo en dirección contraria… ¡hacia donde él estaba! Su reacción fue mostrar los colmillos para infundir miedo a sus enemigos, pero en ese mismo instante, todos los sabuesos levantaron el hocico y también le enseñaron los dientes.
Kutta sintió tanto terror que se quedó paralizado, en el centro de la sala, sin ni siquiera pestañear. En medio del pánico se le ocurrió gruñir apretando fuertemente las mandíbulas; la respuesta fue que inmediatamente todos los perros tensaron la cara y le gruñeron a él. ¡Estaba literalmente rodeado!
– Esto es el final… ¡No tengo escapatoria!… ¿O sí?
Movió las pupilas y pudo ver que la puerta estaba a escasa distancia. Sin pararse a pensar ni mirar atrás salió escopetado y apareció en el soleado jardín. Una vez allí corrió y corrió durante al menos cien metros, hasta que se dio cuenta de que nadie le seguía. Entonces, frenó en seco, se giró hacia la fachada del fastuoso palacio, y una vez más empezó a elucubrar.
– ¡Oh, qué raro!… Había por lo menos treinta perros y ninguno me ha perseguido. ¡Eso es porque en el fondo son tan cobardes que no se atreven a salir al exterior!
Kutta se sentó un rato en la hierba para recuperar el aliento y bajar las pulsaciones del corazón. Cuando se encontró más calmado se levantó y tomó el camino de vuelta,  completamente convencido de que los perros que había visto en el salón del palacio existían de verdad. Una lástima, porque si se hubiera dado cuenta de su error,  habría aprendido algo muy importante: que la imaginación nos puede jugar malas pasadas y que no podemos pasarnos el día hablando de lo que no sabemos por la sencilla razón de que las cosas no siempre son lo que parecen.

CUENTOS DE TERROR

Las tres truchas

Las tres truchas

Adaptación de un antiguo cuento de la India

Previsora, Pensadora y Perezosa  eran tres jóvenes truchas que vivían en un enorme lago de aguas frías y cristalinas. A simple vista era casi imposible distinguirlas porque tenían el mismo tamaño e idéntica piel plateada salpicada por motitas oscuras,  pero en lo que se refiere a  carácter y forma de ser eran completamente distintas.
Previsora tenía una gran cualidad: la prudencia. Ni en ese lago ni en los arroyos cercanos existía una trucha más seria, sensata y responsable que ella. Desde bien pequeñita Previsora pensaba que para evitar los peligros era fundamental vivir siempre alerta, atenta a lo que sucedía a su alrededor. Era tan formal y precavida que el famoso refrán “Más vale prevenir que lamentar” parecía hecho a su medida.
Pensadora  tenía un carácter más alegre y una actitud positiva ante los retos de la vida. A diferencia de Previsora era un poquito alocada, pero también poseía una gran cualidad que la distinguía de sus compañeras: la capacidad de pensar. Esa virtud le proporcionaba mucha seguridad en sí misma ya que cuando se encontraba en problemas o debía resolver algún conflicto, le bastaba con pararse unos segundos a reflexionar  y tomar la decisión correcta.
Perezosa era vaga, aburrida y muy simplona, por lo que el nombre la definía perfectamente. Jamás sentía interés por nada que no fuera ella misma y solía mostrarse huraña y antipática con todo el mundo. Como le daba igual ser una ignorante malgastaba su vida vagando de un lado a otro sin nada interesante que hacer ni que aportar a su comunidad.
Una vez hechas las presentaciones te voy a contar lo que sucedió un cálido día de verano en el maravilloso lugar donde habitaban. Resulta que estaban las tres truchas nadando tan felices  cuando, de repente, se vieron sobresaltadas por la presencia de un hombre.  Era la primera vez que un ser tan raro y tan grande ponía un pie en ese territorio, por lo que ninguna sabía qué hacía allí ni cuáles eran sus intenciones. Ante esta  desconocida situación, cada una reaccionó de una forma particular.
Previsora, según lo vio acercarse a la orilla, tuvo una fuerte sensación de peligro y se puso en tensión.
– ‘A lo mejor viene a ver el paisaje o a recoger flores,  pero por si acaso yo me largo.’
¡Ni se paró a comprobar si estaba en lo cierto! Ante la más mínima duda se sumergió y se escondió tras unas piedras del fondo para no ser descubierta.
Al contrario que su compañera, Pensadora no supo intuir el peligro y sacó la cabeza del agua para observar detenidamente al humano. Se fijó en lo gigantesco que era, en su cara de mal humor y en la cesta de mimbre que colocaba sobre la hierba, pero lo cierto es que no se sintió amenazada hasta que vio que sacaba del interior una inmensa red y empezaba a desplegarla mientras miraba hacia donde ella estaba.
– ‘¡Esto no me gusta ni un poco! Me da en la nariz que este tipo es lo que nuestros abuelos llaman… ¡un pescador!’
En ese instante cayó en la cuenta de que tenía que escapar si no quería acabar en una sartén a la hora de la cena; eso sí, debía hacerlo de manera cautelosa porque al mínimo fallo, adiós muy buenas.
– ‘Estoy a punto de ser capturada, pero mi inteligencia me librará de una muerte casi segura.’
En vez de huir presa de los nervios, optó por quedarse quieta y respirar hondo para relajarse. Después, se puso a hacer lo que mejor sabía: pensar.
– ‘Creo… creo que ya tengo la solución.’
Pararse a reflexionar fue muy efectivo pues enseguida diseñó un plan para salir del  atolladero.
– ¡Está claro que lo mejor es hacerme la muerta!
Demostrando grandes dotes de actriz se colocó boca arriba con el vientre mirando al cielo, giró los ojos para ponerlos en  blanco, y estiró las aletas para parecer un animal sin vida. ¡Fingía tan bien que la verdad es que daba penita verla!
Momentos después, el pescador cogió impulso para lanzar la red, pero al ir a soltarla algo le hizo cambiar de opinión.
– ¿Qué es eso que flota en la parte derecha del lago? Parece  una trucha muerta. ¡Puaj, qué asco!… Será mejor que eche la red hacia la izquierda.
En cuanto el pescador miro hacia el lado contrario, Pensadora aprovechó la oportunidad para salir pitando y camuflarse tras unas plantas acuáticas.
Previsora y Pensadora lograron escapar, pero ¿qué le sucedió a Perezosa?  Como era de esperar no se preocupó por nada y siguió holgazaneando como si con ella no fuera la cosa.  Ni se imaginó el peligro, ni tomó precauciones, ni se paró a pensar en nada de nada. Inevitablemente, cayó en las redes del pescador.
Moraleja: Este antiguo cuento nos enseña que en la vida es importante ser previsores. Esto significa que si algún día sientes que algo o alguien podría hacerte daño, lo mejor es que te alejes antes de que sea demasiado tarde. Eso hizo la primera trucha y salió bien parada.
Si te falla la intuición y de pronto te ves metido en un problema o situación desagradable, no desesperes y párate a pensar, porque al igual que la segunda trucha,  razonando encontrarás una buena solución.

Descripción de animales


 SERPIENTE
Cómo están recubiertos (piel): de escamas.
 Alimentación: ranas y sapos, otros reptiles: pequeños lagartos y otras serpientes, aves, peces.
Reproducción: ovíparos, ponen huevos.
Dónde viven: desierto, selva.
Cómo se desplazan: por el suelo formando ondas.

 PEZ GLOBO 
Cómo están recubiertos (piel): su cuerpo está cubiertos por escamas y su piel es resbaladiza.
Alimentación: gusanos e insectos. Reproducción: ovíparos ponen los huevos en el fondo del mar.
Dónde viven: La mayoría se encuentran en las aguas oceánicas tropicales y subtropicales, pero algunas especies viven en aguas dulces y salobres.
Cómo se desplazan: nadan y tienen aletas.

 COCODRILO
Cómo están recubiertos (piel): La piel está cubierta con escamas no solapadas entre sí compuestas de queratina, que se mudan individualmente.
Alimentación: ranas, caracoles, cangrejos e insectos
Reproducción: La reproducción de los cocodrilos es a través de huevos, ya que son reptiles y por ende ovíparos.
Dónde viven: en selvas y en océanos
Cómo se desplazan: se desplazan arrastrando su barriga sobre la superficie del suelo.

TIGRES
 Cómo están recubiertos, piel: tiene pelaje color naranja y rayitas de color negro.
Alimentación: es carnívoro, comen cebras,bufalos,cerdo salvajes y jaguares.
Reprodución:son mamiferos porque salen de la panza.
Dónde viven: en sabanas y bosques.
Cómo se desplazan: tienen 4 patas para caminar y tienen 4 garras. cne

AVESTRUZ
Cómo están recubiertos, piel: de plumas blancas en forma de abanico.
Alimentación: como insectos, lagartos y vegetales.
 Reproducción: ovíparos, ponen huevos.
Dónde vive: en las llanuras.
 Cómo se desplaza: son incapaces de volar y se desplazan corriendo
Delfín
Cómo están recubiertos, piel: tienen el cuerpo fusiforme y asicó largo y cabeza grande.
Alimentación: comen carne de estrellas de mar y pescado.
Reproducción: tienen crías a 11 a 12 meses y ponen huevos.
Dónde viven: en el océano y mar.
Cómo se desplazan: nadan con sus aletas en la cola.

Sapos
 De Orne y Débora
 Cómo están recubiertos (piel): piel rugosa y manchada.
Alimentación: moscas e Insectos.
Reproducción: son ovíparos ponen huevos.
Dónde viven: en Lagunas.
Cómo se desplazan: saltando.

 GALLINA
 Cómo están recubiertos (piel): de plumas.
 Alimentación: herbívora e insectívora, es decir que comen plantas, hojas, hierbas e insectos.
Reproducción: herbívora e insectívora, es decir que comen plantas, hojas, hierbas e insectos.
Dónde viven: herbívora e insectívora, es decir que comen plantas, hojas, hierbas e insectos.
Cómo se desplazan: tienen dos patas con 3 dedos en cada una.

LA VACA
 La vaca es un animal vertebrado, porque tiene huesos y pertenece al grupo de los mamíferos. Su cuerpo está cubierto de pelo: algunas vacas son blancas y negras; otras de color marrón; otras, negras…Tiene hocico, cuatro patas con pezuñas y dos cuernos en la cabeza. Es un animal grande y pesado. La vaca es herbívora, y puede llegar a pastar diariamente unos 60 Kilos de hierba. Se desplaza andando con sus cuatro patas. Es un animal vivíparo, ya que nace del vientre de su madre. La cría de la vaca se llama ternero. Vive en establos o praderas. De la vaca aprovechamos el pelo, el cuero, la carne y la leche. Incluso la grasa, que se utiliza para fabricar geles, champús y jabones.

PETUNIA
 La petunia es un ser vivo pluricelular que se fabrica su propio alimento. Pertenece al reino de las plantas. El tamaño del arbusto es de 3 a 6 decímetros. Florecen en primavera y dejan de florecer en otoño. Estas flores pueden ser de todos los colores menos naranjas. Se reproducen sexual o asexual , normalmente se reproducen por estacas (asexual) .
Elefante Africano
El elefante es un ser vivo que forma parte del reino animal. Es herbívoro ya que come plantas. Es de gran tamaño, la mayoría tiene la piel gris y algunos son marrones. Vive en la selva Africana. Tiene grandes colmillos que utiliza para defenderse de sus enemigos o para arrastrar cosas como troncos. Los humanos los utilizan para venderlos como trofeos o tallar y hacer joyas. Las personas utilizan al elefante como medio de transporte, para llevar carga

EL CABALLO
 El caballo es un ser vivo pluricelular. Es herbívoro. Tiene una piel muy dura, es un animal muy fuerte y hermoso. La mayoría viven en las montañas aunque otros viven en granjas y centros hípicos. Hay algunos que llegan a medir 1,40cm también pueden llegar a pesar entre 650 y 1.000kg. El caballo es útil para los trabajos del campo, para transportar personas o el grano. También los utilizamos para montar y los criamos. Un caballo puede llegar a costar mucho dinero.

LAS FOCAS
 Son seres vivos que pertenecen al reino de los animales. Son pluricelulares. Estos mamíferos marinos, se alimentan de otros seres vivos a los que deben capturar, es decir son heterótrofos; son carnívoras, se alimentan de peces, calamares y moluscos. Viven en costas poco frecuentadas, en grupos. Su cuerpo tiene forma de torpedo, con cabeza pequeña, hocico con largos pelos a modo de bigotes, orejas reducidas prácticamente a simples orificios y patas cortas, con una membrana uniendo los dedos. Presenta una cola muy corta.

LAS ALGAS
Pertenecen al quinto reino. Pueden ser unicelulares o pluricelulares, con distintas formas, tamaños y colores. Las podemos encontrar en cualquier ambiente, pero suelen habitar en el agua, algunas veces sujetas en el fondo. Fabrican su alimento como las plantas, hacen la fotosíntesis. Las algas modifican las propiedades físicas y químicas del medio en el que viven.

Juegos

JUEGO DE ENCAJES

 EDAD: Infantes 0 – 12 meses.
Juego de encajar figuras. Manualidades de juguetes caseros

OBJETIVO: Desarrollar la motricidad fina.

ASPECTOS DE LA PSICOMOTRICIDAD QUE FAVORECE: Desarrolla la motricidad fina al manipular los juguetes utilizando los dedos. Percepción visual.

PROCEDIMIENTO: Entregarle al niño juegos de encaje o recipientes de diferente tamaño para que los coloquen unos dentro de otros. Dejar que el niño explore con los juegos, también puede realizar otro tipo de juegos como hacer torres, meter y sacar cuentas, etc.

MATERIALES. Juegos de encaje o vasos de distinto tamaño.

REFERENCIAS: http://www.cosasdelainfancia.com/articulos/juegos-para-bebes-de-10-a12-meses.php

Reflejos primarios y secundarios del Bebe


¿Qué son los reflejos? Los reflejos son la respuesta o reacción automática de los bebés, desencadenada por algún estímulo exterior. Depende de los reflejos la capacidad del bebé para adaptarse y tener un mayor control sobre su cuerpo y el ambiente. Los reflejos deben ser observados de cerca, tanto por los padres como por el pediatra del bebé quién será el encargado de realizar una evaluación neurológica del bebé, que permitirá detectar si existe algún problema y reducir así problemas futuros. Se realizará al bebé, antes de que salga del hospital, el conocido test de Apgar, para medir las reacciones del bebé ante los estímulos, y sus reflejos.


LOS REFLEJOS PRIMARIOS DEL BEBÉ

Son los que manifiestan el bebé en el momento de su nacimiento y que algunos pueden desaparecer en algunos meses. Por ejemplo:

- Movimiento de los pies. Cuando se sostiene al bebé por las axilas y en posición vertical, se consigue que el bebé mueva los pies como si estuviera queriendo caminar. Este reflejo suele mantenerse por unos cuatro meses.

- Giro de cabeza. Cuando se acuesta al bebé sobre su espalda, se consigue que el bebé gire la cabeza hacia un lado, a la vez que mantiene sus brazos estirados hacia arriba. Dura unos tres meses.

- Presión en las manos o reflejo Prensil. Cuando se coloca un objeto en una mano del bebé, él intentará cerrarla. El contacto que se establece entre la persona y el bebé favorece al vínculo afectivo. Suele desaparecer a los 6 meses.

- Presión en la boca o reflejo de Succión. Cuando se coloca o se roza suavemente  un objeto en los labios del bebé se le provoca la succión. Puede durar hasta el cuarto mes.

- Presión en los pies. Cuando se roza la parte de arriba del dedo pulgar del pie de los bebés, ellos flexionarán automáticamente todos los dedos. Dura hasta los nueve o doce meses

- Reflejo de los lados o de equilibrio. Cuando el médico, al levantar al bebé alzándolo de un costado, éste encogerá la pierna de arriba mientras que estira la otra dejándola "colgar". Se comprueba así su sentido de equilibrio.




LOS REFLEJOS SECUNDARIOS DEL BEBÉ

Son los que se manifiestan a lo largo de los primeros meses de vida del bebé y que también pueden desaparecer con el tiempo. Por ejemplo:

- Reflejo de Galant. Cuando al pasar la mano por la parte baja de la espalda y hacia los lados del bebé, se observa que él arquea ligeramente el cuerpo hacia arriba y hacia los lados. Puede durar hasta el año de nacido.

- Reflejo del Moro. Cuando se pone el bebé tumbado sobre una superficie blanda y se le sostiene y tira por las muñecas, separándolas un poco, y dejándole caer hacia atrás. El bebé abrirá los brazos y los echará hacia delante como si de un impulso quisiera dar un abrazo. Luego llora. Dura hasta el cuarto mes de vida.

- Reflejo de Búsqueda. Cuando se toca o acaricia los labios de la boca del bebé, él vuelve la cabeza y abre la boca para seguir o buscar en la dirección del contacto. Eso ayudará al bebé a encontrar el pecho o el biberón para alimentarse. Al primer mes el bebé puede girar la cabeza en busca de lo que ha sido puesto en sus labios.
- Reflejo de Arrastre. Cuando el bebé, colocado boca abajo, intentará mover sus piernas para avanzar gateando. Se puede ayudarlo colocando los pulgares bajo los pies del bebé. Le servirán de apoyo. Este reflejo suele mantenerse hasta los tres meses de vida.

- Reflejo de Landau: Cuando al suspender al bebé en posición ventral, su tronco se endereza, la cabeza se eleva y los pies y brazos se estiran. Suele aparecer por el cuarto mes y desaparecer por el décimo mes.

- Reflejo del Paracaídas: Cuando se sujeta al bebé por los costados boca abajo y se lo inclina hacia delante, él reaccionará extendiendo los brazos y abriendo las manos. Aparece por los seis meses y desaparece por los nueve.

- Reflejo del Gateo: Cuando al poner el bebé acostado sobre su barriguita y en una base sólida y segura, se puede notar que automáticamente él se pondrá en posición de gateo. Suele aparecer por los 6 o 7 meses hasta que empieza a caminar.

- Reflejo del Paso: Cuando al tomar el bebé alrededor de su barriga, sujetándolo por debajo de sus axilas y tratando de ponerlo de pie, el bebé empezará a realizar movimiento como si estuviera dando sus primeros pasos, al tocar sus pies a una base sólida. Así empieza el proceso para que el bebé aprenda a caminar.






REFLEJOS DE INFANCIA QUE SE MANTIENEN EN LA VIDA ADULTA

Hay reflejos que aparecen cuando somos bebés y que perduran hasta nuestra edad adulta. Por ejemplo:

- Reflejo de la tos. Cuando uno tose como reacción a algún estímulo de la vía respiratoria.

- Reflejo del estornudo. Se estornuda para extraer o expulsar alguna incomodidad en las vías nasales.

- Reflejo del bostezo. Se bosteza por la necesidad de estimular la respiración.

- Reflejo del parpadeo. El parpadeo es un reflejo que expresamos cuando los ojos son expuestos de súbito a una luz brillante

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